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domingo, 27 de abril de 2014

IMPUNTUALIDAD NO CONSENTIDA

   Era tarde, miré el reloj de reojo y marcaba las 20:25... Ufff !!!  casi no voy a llegar... Me decía a mí misma y un hormigueo se coló en mi estómago. Sabía lo que pasaría si llegaba tarde. A mi Dueño no le gustaba la impuntualidad, al menos que fuese una justificación razonable.
Pero ésta vez era culpa mía, me entretuve viendo y probándome modelitos y complementos y se me fué el santo al cielo. 
Cuando terminé salí pitando a casa rápidamente.
Llegué directa al baño, no sin antes colocar lo que me iba a poner sobre la cama.
Tenía que estar preparada para nuestro encuentro a las nueve en punto, en el salón de casa, en nuestro nido junto a la chimenea.
Salí del baño líada en la toalla y secándome el pelo con otra. Me fuí directa a la cama por la lenceria...

- Joder estaba aquí, la he puesto aquí antes de entrar en la ducha ( decia en voz alta mientras buscaba ).
-¿buscas ésto ?

Dí un respingo, mi Dueño estaba junto a la puerta de la habitación de pie, con el semblante muy serio, mirándome fíjamente a los ojos. Me estremecí, pero no de miedo, si no de excitación, de gusto al sentir como mi corazón se desbocaba, sabía lo que iba a suceder y lo estaba deseando.

-Sí mi Dueño, es un regalito para Usted, si es tan amable y me da su permiso, me lo pondré para que lo deguste.

Dí un paso para acercarme y su voz potente y dulce a la vez, muy autoritaria rompió el silencio ubicado entre los dos.

-¿Quién te ha dicho que te muevas, perra ?

Oírle llamarme así me excitaba, en sólo un segundo mi cuerpo reaccionó a sus palabras, mi piel se erizó, mis pezones se endurecieron y mis ojos brillaban como nunca, deseaba a mi Dueño con todo mi ser. 
Dí un paso atrás, me quedé quieta, esperando su reacción. El se acercó, es más alto  y sus ojos me miraban fijamente, llenos de lascividad, su aliento se mezclaba con el mío... Dios como deseaba abrir ésa boca y saborear su lengua, enredándola con la mía, mezclando nuestras salibas... éso, me ponía muy perra.
Mientras mi Dueño, me acariciaba el culo, pasando su amplia  mano sobre mi nalga y en un segundo... Zassssss, me  soltaba un azote, sin esperarlo. Pero ésta vez no lo hizo, cambió y me quedé sorprendida.
Me quitó la toalla que cubría mi cuerpo, desnuda ante él, lo recorrió de arriba a abajo con su mirada, la toalla del pelo no se en qué momento la perdí, pero mi cabello húmedo estaba suelto, me cubría parte del rostro. El levantó su mano y me puso el mechón escapado tras la oreja y acercándose a mi oído me dijo ...

- Ya estás tardando zorra, al suelo como la perra que eres.
- Sí mi Dueño, a sus pies, soy su perra y es mi lugar.

Se acercó a la cómoda cogió y puso en mi cuello mi collar, mi apreciado collar que con tanto orgullo y placer lucia, éso me hizo estremecer de nuevo, sentí como mi sexo emanaba mi fuego interior, mi excitación iba en aumento, cada vez más mojada de mi esencia y él lo sabía. Y llegó el momento de la verdad .

- ¿Dime perra, a qué hora era nuestro encuentro ?
-A las nueve en punto mi Dueño.
- ¿A qué hora has salido de la ducha ?
- A las nueve y veinte mi Dueño.
-Muy bien, ven aquí perra mía.

   Me tiró del collar, aquél movimiento brusco  me hizo girar sobre mis pies, apretando fuerte mi cuello, me dolió, él se dió cuenta pero no dijo nada, yo...Tampoco.
Fuí tras él a cuatro patas, caminando a su lado como la perra que era de mi Dueño y él me hizo pasear por toda la habitación, sometida, entregada a él, dí varias vueltas, mi mente imaginaba el siguiente paso, él que lo sabía, tiró fuerte de la correa, para sacarme de mis pensamientos lascivos  y no tuviera tiempo a darle forma a mis deseos. Dió un tirón fuerte para que entendiera y me levantara del suelo, así lo hice y caminé tras él. Paró en seco dándose la vuelta, le miré, Dios como me gustaba aquella mirada, arrolladora, penetrante, lasciva, lujuriosa... Dominante.
Se sentó en la cama y no hizo falta que me ordenara me incliné sobre sus rodillas, pero antes de llegar a hacerlo me agarró por detrás. Besó mis hombros, mi espalda, mi cintura, mis glúteos, éso hizo que mi excitación volvieran a mí con más intensidad, empezando a correr por mis muslos.

  Sin más comtemplaciones metió sus dedos en mi coño, todo excitadísimo impregnándole con ése elixir delicioso que tanto le gustaba y le daba tanto placer, pero solo metió los dedos entres mis labios, no los hundió como mi cuerpo le pedia a gritos, los  sacó y los chupó, saboreando aquel néctar divino, me dió la vuelta, le miraba a los ojos y volvió a hacer lo mismo, pero ésta vez fuí yo quien chupó sus dedos impregnado de mis flujos. Eso me hizo gemir, mis piernas temblaron al segundo, sentí como corría ése no se qué, que nunca llegas a poder explicar por todo mi cuerpo. No se cuando ni como la cogió, pero sentí un fustazo, preciso, en seco, en toda mi nalga derecha.

- ¿He dicho yo que gimas, puta ?
- No mi Dueño, no he podido evitarlo.
- ¿Te gusta gemir, zorra mía ?
-Sí mi Dueño, me encanta gemir por el placer que me das, mi gozo es inmenso cuando miro sus ojos y feliz le veo usando mi cuerpo a su antojo.

 Sentí otro fustazo en el mismo lugar de mi nalga y éso me hizo estremecer de nuevo, deseando más y más. Ya sin más preámbulo volvió a tirar de mi correa y acercándome a él, puso directamente mi pezón en su boca, se dedicó a él, lamiéndolo suavemente, mis pezones estaban durísimos, erectos, lo succionó fuertemente, lo tenía entero en su boca y lo mordió, solté un pequeño grito de dolor y placer, éso provocó que mi coño fuera un manantial de deseo, lleno completamente de mí... De mi esencia.

- ¿Te he dado permiso para gritar  puta ?.
-No mi Dueño.
-¿Deseas parar ?... No dar lo que hay en tí ?
-No mi Dueño, yo deseo ser su perra, su puta, su zorra, que goce con mi dolor, que se sienta muy orgulloso de mí, deseo ser su ...Todo.
-Pués entonces ...Obedece, ni gemidos, ni un grito más, hasta que te dé permiso, lo tienes claro, puta ??
-Sí mi Dueño,no volverá a pasar.
-Eso espero.

 Me agarró del pelo sujetando la correa de mi cuello junto a su cara, pasó su lengua por toda mi mejilla, acabando en un mordisco en mi labio inferior, me tragué un gemido y mirándome muy fijo a los ojos, me tiró hacia abajo y me posicionó sobre sus rodillas. Estaba nerviosa, inquieta, pero deseosa de sentir el calor abrasador que producía la fusta en mi piel, sedienta del placer que me producía cuando se clavaba en mi carne.

  Inmersa en mis pensamientos imaginando lo que iba a recibir, sentí un picor horrible en toda la nalga derecha, a punto estuve no se si de gritar o gemir, por que mi cuerpo lo mismo pedía una cosa que la otra... Pero no hice nada, permanecí en silencio y tras lo que adiviné que fué  ( su mano ), recibí el segundo azote, certero, mismo lugar más intensidad, el tercero lo mismo, cada vez más potente, fuí recibiendo un azote tras otro. Mi nalga estaba ya enrojecida, paró, creí que ya se había acabado, cuando empezó sin parar uno tras otro con la nalga izquierda.
 Dios como dolía y adoraba aquel delicioso calor en mi piel y el no poder ni gritar ni gemir, me tenía más perra todavía, el estar sometida a mi Dueño me llenaba de gozo, pero mi culo pedía que ya no más, deseaba decirle que parara, pero mi orgullo me lo impedía.
 De momento paró, no se cuántos azotes recibí, pero por mis mejillas resbalaban resignadas mis lágrimas, orgullosa de haberme tragado mi dolor y satisfecha  por el placer recibido. Me levantó de sus rodillas, me hizo abrir las piernas. Volvió a meter sus dedos en mi coño, hasta apretar mi clítoris hinchado, deseoso de ser hurgado, violado por ésos dedos endemoniados que sabían cómo hacer que llegara al clímax más intenso, placer que jamás había sentido nunca.
 Volví a perderme en mis pensamientos y para sacarme de ellos, dió un fustazo preciso en cada pezón, seguidos de otros dos más a cada uno. Respingué del sobresalto del impacto de la fusta en mi piel, agradeciendo que se dedicara a ellos, por que mi culo estaba tan dolorido, que un azote más y hubiese gritado.

- ¿Tú no aprendes verdad, puta ? 
- ¿es que provocas los castigos, zorra ?
- No mi Dueño solo es que... Hace que me pierda en sus deseos.
- Bien puta, ven aquí y haz a tu Dueño lo que bien sabes hacer, pero si te oígo gemir, te castigaré muy severamente.
-Sí mi Dueño, cumplir sus deseos son placeres para mí, su gozo en el mío.


  Bajé de rodillas delante de él, desabroché el pantalón, acaricié y dí pequeños mordiscos a su miembro antes de sacarlo, ya totalmente duro, erecto, varonil, muy apetitoso, no perdí más tiempo, lo introduje en mi boca sin tocarlo, lamié el glande, éso lo hizo gemir y miré sus ojos, le brillaban como nunca, seguí saboreando hasta llegar  a sus testículos, los beség, estaban calientes, llenos de vida, succioné uno dejándolo unos minutos dentro de mi boca y luego fuí a por el otro, mi boca babeaba, sabía que a mi Dueño éso lo excitaba mucho más y le recorría la polla con toda mi lengua fuera, como me gustaba hacerle aquello, verlo disfrutar era mi felicidad, mi coño no podía más, deseaba aquella delicia dentro y de pronto me sacó de mi ensimismamiento, el néctar de mi Dueño, su elixir divino, caliente, ése dulce-amargo entró como un torbellino en mi boca, miré de nuevo a sus ojos y tras un gran gemido gritó...


- Eres mi diosa, mi puta, mi perra, mi todo, puedes correrte zorra mía.

  Y mi cuerpo sólo con el movimiento de mi entrepierna, sin llegar a tocarlo, llena mi boca del elixir de mi Dueño, recibió y saboreó un largo e intenso orgasmo.

- Ahora puedes gemir, puta!!

  Y solté un gran gemido, que me hizo sentir por todo mi cuerpo el placer de haber hecho feliz a mi Dueño.

  Se agachó al suelo, me acogió en sus brazos, me besó en los labios y me dijo...

-La próxima vez que llegues tarde, te quedarás sin premio.
- Sí mi Dueño, no volverá a pasar.
- Bien... Ahora ponte mi regalo, quiero ver como luce mi perra y no te quites el collar, la noche es larga, sólo acabamos de empezar.
- Sin su consentimiento  jamás me lo quitaría mi Dueño.



 Y mi cara esbozó una gran sonrisa, con mirada pícara y juguetona, mi Dueño empezó a reír a carcajadas...
- Mmmmmmm lo que me esperaba.



                                     Creado por   irishada  irishada  @-}--   



12 comentarios:

  1. delicioso irishada...un relato en el que transmites las sensaciones que tu cuerpo experimenta a través de las palabras

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    1. Muchas gracias Sr o Sra anónimo , es un placer que disfrute con ello....besin irishada @-}--

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  2. en un día cargado de sorpresas llego hasta aquí y en tu relato veo pura entrega sin concesiones, en un marco de dolor y placer difícil de igualar
    muxuss
    BASAJAUN

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  3. Espero que ésas sorpresas le hayan hecho feliz, muchas gracias por sus palabras , para mi es un placer verle por mi jardín y un honor su compañia, mi querido Señor BASAJAUN.
    Mil besos Sr y mi adorada rosa para Ud ... @-}--

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  4. tu expresión sensual , delicada y respetuosa , hace que la situación se convierta en mágica ... deseosa

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  5. que decirte me encanto, vivo, bien redactado, con lo justo y necesario felicitaciones :)

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    1. Una pena no poderle haber dado las gracias a tiempo, pero lo hago ahora, muchas gracias Caballero :)

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  6. Solo una sumisa podría relatar algo así y lo mejor es sentir complicidad con este relato.
    Gracias por darte la oportunidad a sentir y orgullosa de ello compartirlo

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  7. Muchísimas gracias Caballero TDC, todo un honor que me lea y le guste mi forma de expresar el hermoso sentir de la sumisión.

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