Me acostumbré a tu piel,al calor de tus uñas
arañándo súplicas.
Mi cuerpo, húmeda verdad
se deshizo en rostros de Medusas.
No me mires a los ojos aún ,
sabes que el suelo es quien mejor
acoge tus besos
mientras esperas la palabra
que te lleva dentro
en éste juego del alquimias.
Tu entrega es mía
hasta que ya casi no se distingue
la mano de la correa que guía,
la orden de la obediencia,
el deseo de la necesidad
y quedamos , sin remedio,
atarecidos en un pronombre ...posesivo .
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